Cada 1 de junio celebramos este día, cuya fecha fue propuesta por Aproha, Asociación Profesional Española de Historiadoræs del Arte, en conmemoración de la aprobación el 1 de junio de 1900 del Real Decreto para la formación del Catálogo Monumental y Artístico de la Nación.
¿Somos útiles en la sociedad? Sin duda, pero quizás no es cuantificable, o lo que es lo mismo, no se valora nuestro trabajo. Pocos son los que pueden hacerse una idea del tiempo que dedicamos a nuestra profesión, nada comparable con otros empleos si lo equiparamos con la remuneración económica por esas horas que hemos invertido.
Algunos se atreven a solicitarnos encargos, normalmente artículos para una publicación, alguna charla, o nos plantean cuestiones para que las solucionemos, pero siempre dan por hecho que nuestro trabajo es gratis, son considerados favores. Rara vez piden siquiera presupuesto; sin embargo, los historiadores del arte también tenemos que vivir, comer, y pagar nuestros impuestos y demás gastos como cualquier persona. A nadie se le ocurre hacer una reforma en casa, o ir a un restaurante a comer, por poner algunos ejemplos sencillos, sin pagar. ¿Por qué a nosotros no se nos trata de la misma manera? A esto hay que sumar el enorme intrusismo laboral que sufrimos.
No se tiene en cuenta nuestra formación, conocimientos, especialización, reciclaje constante... A compañeros se les ha "invitado" a abandonar sus empleos en museos con el fin de ser sustituidos por otras personas que no son profesionales.
Los museos, la docencia y la investigación, suelen ser nuestros principales destinos, pero no son los únicos.
La protección y gestión del patrimonio histórico-artístico y cultural; empresas relacionadas con el mercado artístico, como pueden ser anticuarios, galerías, subastas, etc.; comisariado de exposiciones; catalogación e inventarios; tasaciones de obras de arte; visitas guiadas especializadas e interpretación del patrimonio; difusión del patrimonio y asesoramiento; redacción de informes histórico-artísticos; organización de actividades infantiles; críticos de arte; redactores en publicaciones especializadas; colaboraciones con las unidades policiales que velan por el patrimonio; e incluso algo que pasa desapercibido pero que está ahí: somos los que generamos el contenido histórico-artístico de las obras de arte, eso que luego podéis ver y leer en libros y catálogos. En este sentido, también somo la fuente de conocimiento para que el sector turístico aproveche el patrimonio local, porque la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía nos reconoce como “profesionales en la difusión del patrimonio”.
Muchas de estas tareas y otras que no he mencionado, son algunos de los servicios que ofrecemos en RC Proyectos Culturales.
Porque el arte no es nuestra afición, sino nuestra profesión, hoy es un día para reivindicar nuestro papel en la sociedad.
Hoy es un día para decir: ¡SOY HISTORIADOR DEL ARTE, Y ME SIENTO ORGULLOSO DE ELLO!
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