La Cruz como atributo de Gloria

 

Antes de ver la iconografía de la Cruz como triunfo, hemos de tener en cuenta una serie de conceptos basados en textos y en la tradición cristiana.

Muchas veces, con razón, asociamos la cruz con la cuaresma, el dolor, el sufrimiento. Sin embargo, son menos las que la contemplamos como atributo o motivo de la Pascua, de Gloria. Sabemos, según podemos leer en la Biblia, escritos de los Padres de la Iglesia, Papas, teólogos… que Jesús llevó esa Cruz para salvar al mundo, perdonar nuestros pecados y abrir las puertas del Cielo gracias a su Resurrección. En la Cruz Jesús venció a la muerte y devolvió el mundo entero la luz que había sido perdida con la tiniebla del pecado. La Cruz nos lleva, pues, a la luz que lo invade todo. El Calvario dejó de ser el lugar de la muerte para transformarse en cimientos donde se asienta la Gloria. La Cruz se convirtió en el trofeo de la victoria de Cristo, pasó a ser un atributo imprescindible de la Pascua. Con ella Jesús nos regaló la victoria y nos hizo a su vez, victoriosos.

El famoso episodio de Constantino en la Batalla de Puente Milvio contra Majencio, en el que Dios le dijo en sueños la noche antes, haciendo referencia a la Cruz, “con este signo vencerás”, y consumando la victoria al día siguiente, hizo que su madre, Santa Elena, la buscara en el Monte Calvario hasta que dio con ella, según nos cuenta la tradición, repartiéndose por todo el mundo fragmentos de la misma, a los que hoy denominamos Lignum Crucis.

No podemos negar la estrecha relación de la ciudad de Cádiz con la Santa Cruz. Desde el mismo Lignum Crucis, hoy en la Catedral, pasando por el hecho de la reconquista de Cádiz de manos del rey Alfonso X, cuando clavó el estandarte en el mar en señal de victoria de los cristianos sobre los musulmanes dando origen, primero a la actual iglesia de Santa Cruz (Catedral Vieja) y, posteriormente a la Catedral de la Santa Cruz sobre las aguas (Catedral Nueva).

Si nos adentramos en la primera, en iglesia de Santa Cruz podemos comprobar en el retablo mayor, obra de Alejandro Saavedra con imaginería a cargo de Alfonso Martínez, como en el relieve del ático sobresale poderosamente la Cruz que es adorada por ángeles que, incluso con instrumentos musicales le dan culto. De nuevo vemos la Cruz como atributo de Gloria, de victoria sobre la muerte, digna de adoración de la corte celestial (Fig. 1.)

Fig. 1. Santa Cruz. Iglesia de Santa Cruz en Cádiz. 
📷 Boletín "La Santa Cruz"

En manos de muchas imágenes de Cristo Resucitado, vemos que porta una bandera o estandarte con una cruz. Pero, ¿por qué se representa con esta insignia? Son incontables las representaciones de Cristo saliendo triunfante del sepulcro, tras su Resurrección. Sin embargo, la temática de portar la bandera comenzó a difundirse desde la Baja Edad Media y ya no cesó hasta la actualidad. Hemos de decir que los Evangelios no relatan el acontecimiento portando dicho atributo, con lo que advertimos que no fue así y se trata pues, de una simbología más que un hecho que pudo haber acontecido.

Pero la razón de que Jesús porte una bandera es que esta insignia es, desde hace miles de años un símbolo de la milicia. En una batalla la bandera está junto al rey, ya que es señal de autoridad y poder y, simboliza al pueblo por el que el ejército lucha. Y Él es el “Señor Dios de los Ejércitos” como leemos en las Sagradas Escrituras, por tanto es lógico que sea Él mismo el que porte la bandera de la victoria, el que acaba de vencer a la muerte y al pecado, el que sale triunfante del sepulcro.

No obstante, y a modo de curiosidad, en épocas posteriores existieron beatos y santos que tuvieron visiones y revelaciones divinas. Una de las que me gustaría resaltar es la Beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824). Dentro de su vasta obra, que empezó a publicarse en 1833, encontramos la siguiente narración dentro del contexto de la resurrección: “Me pareció que en el mismo instante una forma monstruosa salió de la tierra, de debajo de la peña. Tenía cola de serpiente, cabeza de dragón, que levantaba contra Jesús; me parece que además tenía cabeza humana. Vi en la mano del Salvador resucitado una bandera flotante”.  No describe cómo es la bandera, pero a lo largo de la historia del arte podemos hallar varias versiones distintas, pero totalmente relacionadas con el tema que estamos tratando.

Por un lado encontramos la bandera con fondo blanco y una cruz roja en el centro. El color blanco del paño nos habla de la luz, lo que establece una antítesis directa con el negro que nos sugiere la muerte y el pecado. La Cruz, como ya hemos dicho, se identifica con el sacrificio del Señor que, en sus manos, implica el triunfo del Amor de Dios por la humanidad. El rojo de los trazos de la cruz es una evocación de la Sangre de Cristo que se desliza por sus brazos y desde la cabeza hasta los pies, que chorrea por el madero hasta llegar a la tierra, símbolo que alude a la redención de toda la creación. Existe otra versión en negativo, es decir, el paño rojo y la cruz blanca con una simbología similar.

Por otro lado podemos encontrar la bandera con el Cordero de Dios. El propio Jesús, víctima pura e inocente inmolada por el perdón de los pecados. Por lo general el Agnus Dei porta pendón blanco y cruz roja, o simplemente blanca y dorada y, otras veces sólo lleva una cruz; pero en cualquier caso, el significado de la Cruz en este contexto pascual es el mismo, la victoria, el triunfo de Cristo sobre la muerte por la que nos devuelve la salvación que en origen, y según narra el libro del Génesis, perdieron Adán y Eva.

Este lábaro de la resurrección lo podemos encontrar también en algunos santos, y señalamos como ejemplo al apóstol Santiago que, bajo la iconografía conocida como “matamoros”, eleva su espada con una mano, mientras que con la otra sostiene la bandera blanca con la cruz roja, simbolizando la victoria de los cristianos ante los musulmanes, gracias a la Cruz (Fig. 2).

Vidriera de Santiago. Iglesia de San Mateo de Tarifa (Cádiz)
📷 Autor

Otros santos, como los patronos de la Cádiz y si diócesis, San Servando y San Germán, muestran la Cruz dando testimonio de fe, ya que a través de sus propias “cruces” fueron llevados a la Gloria, de la que ya forman parte como Iglesia Triunfante.

Y, aunque hay muchos más santos que en su iconografía vemos que portan la cruz como atributo, en el contexto de triunfo que estamos tratando, lo interesante a recalcar es esto mismo, que la Cruz no es sólo sinónimo de dolor o penitencia, sino también de Gloria, y esta idea es la que he querido mostrar en esta pequeña aportación.

 

 

Comentarios